Mas Él respondió: “Os digo, si estas gentes se callan, las piedras se pondrán a gritar” (Lc. 19, 40).
Ha llegado la hora en que el Cuerpo Místico de Cristo ha de seguir al Mesías en Su pasión, muerte y resurrección. Por tanto, es también el momento de que, a imitación del Salvador, el Pueblo de Dios dé testimonio de la verdad.
Gritemos, entonces, puesto que somos piedras vivas del Templo del Señor:
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Santa Iglesia Católica! ¡Viva S.S. el Papa Benedicto XVI, único y verdadero Vicario de Cristo en la Tierra!
